Raúl Mirlo
2024
64 páginas suajadas
16.5 x 15.5 cm
Pasta dura
El formato de esta publicación permite una recomposición visual y conceptual del significado de paisaje: una idea y una imagen que se construyen desde contextos diversos y relaciones humanas como, la creencia que podemos “componer” o “crear” un espacio que se produce sin nuestra intervención. La idea del contraste que ofrece el texto y el registro fotográfico ofrecen al lector la posibilidad de construir a modo de combinaciones y variables la coincidencia de lo que se ve contra lo que se lee.
Este libro se realizó con el apoyo del Patronato Arte Contemporáneo.
Fragmentos de texto parecen estar describiendo la composición de paisajes bucólicos palidecidos y difuminados por la niebla; palabras como contraste, ritmo, textura, fondo y figura encuentran una relación natural con las imágenes. Describen procesos que los mecanismos de percepción hacen por sí mismos —la manera en que se precipitan a ordenar, jerarquizar e interpretar lo observado.
En realidad, las fotografías tomadas por Raúl Mirlo retratan la Zona Desmilitarizada de Corea del Norte y Corea del Sur (DMZ), una franja de 238 kilómetros de longitud. Esta extensión de tierra supuestamente libre de intervención humana, donde la vida brota silvestre, fue declarada territorio neutral, un espacio de tregua. Los textos que acompañan las imágenes resultan ser recortes de un libro titulado New Approach to Design Principles (1973), un manual para elaborar arreglos florales, ensambles de elementos naturales que fabrican una apariencia armónica, balanceada, bella.
Una extensión de terreno, al ser encuadrado dentro de los márgenes de una mirada, se convierte en paisaje. Hay algo desconcertante en la docilidad con que, al ver las fotografías y los textos que las acompañan, la mirada acepta que una serie de normas concebidas para crear artificios guíen la apreciación de un paisaje, que nada sabía de normas cuando se formó.
En su categórica e inocente convicción, los fragmentos de texto dejan ver lo arbitrarios que son los criterios a los que sometemos lo visible, principios estéticos occidentales tan ensayados que no reparamos en ellos. Mirlo, en un ejercicio de ingeniería inversa, deja que el texto devele los procedimientos que fabricaron la imagen percibida. Cómo componer un paisaje evidencia un doble absurdo: por un lado, el de imponer normas políticas sobre el paisaje; por otro, el carácter prescriptivo de los modos de observar aprendidos. Ni el paisaje ni la mirada son neutrales.